El que no haya escuchado de Airbnb será porque vive en una cueva (sin internet). El último fenómeno del turismo mundial esta arrasando en muchas ciudades europeas y norteamericanas. Digo que es el Robin Hood moderno, porque pareciera que al fin, alguien le quita algo a los emporios, para entregárselo al ciudadano de a pie, que armado de una teléfono inteligente, hace mella en la cuenta de resultados de muchos hoteles.
¿Qué es lo que está sucediendo en realidad? Una vez pasada la fiebre de los primeros huéspedes y los primeros dólares cobrados, el "host" se encuentra que:
- Tiene que responder en menos de 24 horas para conservar su "ranking" y ganarse la medallita virtual de Superhost.
- Tiene que escribir una reseña sobre como se comportó su cliente mientras se quedó en su casa, si quiere también conservar la medallita de Superhost.
- Su casa o alojamiento tienen que estar impecables, tratando de que el cliente se lleve la mejor impresión posible, para darte la calificacion de cinco estrellas que te hace acreedor a la dichosa medallita virtual de Superhost
- Los precios dinámicos a los que Airbnb somete toda la oferta que publica hacen que uno trabaje para estar cansado. ¿Apartamentos en zona de playas exclusivas a 25 USD?. Sí señor. Y hasta a 18 dólares en capitales del mundo, como en la zona exclusiva de Polanco de Ciudad de México. Digo, eso pasa si uno se somete a eso. Siempre esta la posibilidad de configurar que el usuario no quiere los precios dinámicos y fijar la tarifa que le convenga. El resultado: Bienvenido al mundo de la competencia turística. Tu alojamiento será encontrado al final de una lista interminable de alojamientos.
¿Qué mas tenemos? Interminables horas esperando a que lleguen los clientes. Si algo se rompe o funciona mal, hay la expectativa de que sera reparado de inmediato.
Por el lado del cliente, he sabido de viajeros cuyos anfitriones los han dejado horas esperando a que les abran la puerta o lleguen del trabajo. También pasa que los alojamientos están sucios, y el encanto se rompe al darse cuenta de que has llegado a la casa de otra persona, no un hotel, cargada de sus olores, ruidos y barrio.
Hay dos tipos de host. Yo lo divido en "pro" y "amateur". El pro es aquel que no solo usa Airbnb. Tambien tiene sus propiedades en Booking, VRBO y otros. Maneja todo con la eficiencia de un revenue manager. El amateur, tiene solo a uno (usualmente a Airbnb) y se conforma con lo que le producen. Si llegaron bien, y si no también.
¿A dónde va a ir a parar todo esto? Me parece que muchas personas se cansarán de las tarifas manejadas hacia el piso por los portales. Poco a poco irán abandonando el escenario. Se darán cuenta de que no recuperaron la inversión de la pintura, cortinas, la televisión flat screen nueva y el internet que debe funcionar perfectamente. En los polos turísticos donde tradicionalmente la oferta de casas y condominios donde alojarse ha existido desde siempre, el mercado se volverá ultra competitivo como el de los hoteles.
Los hoteles tendremos que hacer experiencias mas autenticas para nuestros huéspedes. Mas espacios comunes para la convivencia, personal que interactúe mas como un anfitrión que un empleado. Habrá que proporcionar más información para que el viajeros se mueva por su cuenta y explore por sí mismo. Tendremos que mirar más a la interacción personalizada, responder más rápido y de manera única. Los hoteles formales seguirán adelante y al terminar de acomodarse la nueva pieza, veremos un equilibrio hasta el próximo "breakthrough"
¿Qué es lo que está sucediendo en realidad? Una vez pasada la fiebre de los primeros huéspedes y los primeros dólares cobrados, el "host" se encuentra que:
- Tiene que responder en menos de 24 horas para conservar su "ranking" y ganarse la medallita virtual de Superhost.
- Tiene que escribir una reseña sobre como se comportó su cliente mientras se quedó en su casa, si quiere también conservar la medallita de Superhost.
- Su casa o alojamiento tienen que estar impecables, tratando de que el cliente se lleve la mejor impresión posible, para darte la calificacion de cinco estrellas que te hace acreedor a la dichosa medallita virtual de Superhost
- Los precios dinámicos a los que Airbnb somete toda la oferta que publica hacen que uno trabaje para estar cansado. ¿Apartamentos en zona de playas exclusivas a 25 USD?. Sí señor. Y hasta a 18 dólares en capitales del mundo, como en la zona exclusiva de Polanco de Ciudad de México. Digo, eso pasa si uno se somete a eso. Siempre esta la posibilidad de configurar que el usuario no quiere los precios dinámicos y fijar la tarifa que le convenga. El resultado: Bienvenido al mundo de la competencia turística. Tu alojamiento será encontrado al final de una lista interminable de alojamientos.
¿Qué mas tenemos? Interminables horas esperando a que lleguen los clientes. Si algo se rompe o funciona mal, hay la expectativa de que sera reparado de inmediato.
Por el lado del cliente, he sabido de viajeros cuyos anfitriones los han dejado horas esperando a que les abran la puerta o lleguen del trabajo. También pasa que los alojamientos están sucios, y el encanto se rompe al darse cuenta de que has llegado a la casa de otra persona, no un hotel, cargada de sus olores, ruidos y barrio.
Hay dos tipos de host. Yo lo divido en "pro" y "amateur". El pro es aquel que no solo usa Airbnb. Tambien tiene sus propiedades en Booking, VRBO y otros. Maneja todo con la eficiencia de un revenue manager. El amateur, tiene solo a uno (usualmente a Airbnb) y se conforma con lo que le producen. Si llegaron bien, y si no también.
¿A dónde va a ir a parar todo esto? Me parece que muchas personas se cansarán de las tarifas manejadas hacia el piso por los portales. Poco a poco irán abandonando el escenario. Se darán cuenta de que no recuperaron la inversión de la pintura, cortinas, la televisión flat screen nueva y el internet que debe funcionar perfectamente. En los polos turísticos donde tradicionalmente la oferta de casas y condominios donde alojarse ha existido desde siempre, el mercado se volverá ultra competitivo como el de los hoteles.
Los hoteles tendremos que hacer experiencias mas autenticas para nuestros huéspedes. Mas espacios comunes para la convivencia, personal que interactúe mas como un anfitrión que un empleado. Habrá que proporcionar más información para que el viajeros se mueva por su cuenta y explore por sí mismo. Tendremos que mirar más a la interacción personalizada, responder más rápido y de manera única. Los hoteles formales seguirán adelante y al terminar de acomodarse la nueva pieza, veremos un equilibrio hasta el próximo "breakthrough"